Los Casio G-Shock son muy populares entre aquellas personas que ejercen los oficios más duros o que desarrollan su actividad en los ambientes más hostiles. Es un reloj muy usado por constructores, mineros, marinos, policía, militares, cuerpos especiales de seguridad, buceadores, aventureros, naturalistas, deportistas y en definitiva por todos aquellos que necesitan una herramienta de precisión duradera, resistente y robusta, que no se inmute ante los golpes, la presión del agua o situaciones climáticas muy adversas.
Sí, sí, también los usan los astronautas, la NASA aprobó el uso de algunos G-Shock para el uso en el espacio, increíble ¿verdad? Y no sólo es elogiado y amado por la mayoría de los que ejercen las profesiones más arriesgadas, también están muy de moda incluso entre los raperos afroamericanos más cañeros de los Estados Unidos, aunque pensándolo bien, la profesión de rapero también es realmente una profesión dura y arriesgada… Así pues, vemos que es el reloj más elegido por los trabajadores «machotes» y por los «bad-boys» del mundo gracias a la imagen de dureza que transmiten estas pequeñas maravillas de Casio.
Pero también está de moda en los ambientes más elitistas, algunos famosos o no famosos, deportistas, actores, en fin, hay una parte de «la beautiful people», que pudiendo adquirir relojes valorados en miles de dólares, todavía prefieren lucir en sus muñecas los más modestos (en precio) G-Shock.
Y qué decir de la versión femenina de los G-Shock, los Casio Baby G, de tamaño más contenido, adorados por muchas mujeres debido a sus llamativos diseños y colores, que quedan divinimante bien en sus muñecas y combinan con cualquier trapito … Aunque por supuesto, también a ellas les encanta saber y sentir que usan un reloj que además de poseer una estética cool, es también extremadamente fuerte, sólido y de máxima garantía. Al fin y al cabo a todo el mundo le gusta «vestir» un reloj con la fama de robusto, consistente y fiable que tiene cualquier G-Shock de Casio.
Historia del primer Casio G-Shock: el origen de la leyenda
El nacimiento de los Casio G-Shock se debe a una mezcla de casualidad y de perseverancia y determinación, como casi siempre ocurre con los grandes productos que logran ver la luz y alcanzar el éxito. El padre de los G-Shock es Kikuo Ibe, un ingeniero japonés que trabajaba (y obviamente sigue trabajando) para Casio. En Japón existe la tradición de que los padres regalen un reloj a los adolescentes de 14 o 15 años cuando se graduan. Así pues en esta historia tenemos a un joven y flamante ingeniero que comienza su andadura laboral en una gran empresa como Casio portando orgullosamente en su muñeca el entrañable reloj que su padre le había regalado hacía ya muchos años. Afortunadamente para todos los amantes de los G-Shock, a Kikuo Ibe se le cayó su querido reloj estando en su oficina, y a pesar de caer de una distancia muy pequeña, se le rompió irremediablemente. Tal fue el dolor que sintió por la rotura de su objeto más preciado, que se acabó obsesionando con crear algún día un reloj muy resistente, tan fuerte y duro que no pudiera romperse ni al caer desde una altura de 10 metros. ¿Casualidad? ¿Destino? La cuestión es que Kikuo Ibe se encontraba en la empresa y en el ambiente ideal para dar forma a tal idea.
Pero no fué fácil, tuvo que trabajar mucho sin contar con la empresa, y sin que ésta se viera perjudicada por el tiempo que él dedicaba a sus chifladuras. Kikuo Ibe reclutó entonces a dos de sus compañeros y fundó el llamado «Project Team Tough», algo así como un club clandestino dentro de Casio, cuya única misión era crear un reloj que fuera prácticamente indestructible. Con este plan se pusieron a investigar y a seguir el método de ensayo y error como permitían sus circunstancias. Regularmente diseñaban relojes aplicando toda clase de técnicas e ideas por muy disparatadas que parecieran, y examinaban su resistencia lanzándolos desde la ventana de un baño a diez metros de altura (esto era así porque al no ser un proyecto oficial, no podían hacer pruebas en los laboratorios de la empresa). Con paciencia asiática, cada semana lanzaban uno o dos relojes por la ventana que inexorablemente se rompían o dejaban de funcionar.
Frustrado por no lograr avances en su proyecto, un día se encontraba en un parque observando a unos niños jugando con una pelota de goma, y de repente visualizó cómo sería el comportamiento de su reloj dentro de esa pelota mientras los niños la golpeaban. A partir de ahí empezó a imaginar una estructura que protegiera un delicado núcleo interior en base a un mínimo contacto entre ambos. Una configuración que él llamó «Floating Module Configuration» y que consta de cinco capas de protección que «casi flotan» una dentro de otra apoyándose únicamente en puntos minúsculos, de modo que cada capa absorbe una enorme parte del golpe consiguiendo que la parte más interior no reciba ni experimente impacto alguno.
Tras muchas pruebas de materiales y diferentes modos de combinar las capas, finalmente dió con la solución que cumplía los objetivos de resistencia que se había marcado, y en 1983 nació el primer G-Shock de Casio, el mítico Casio G-Shock DW-5000C, del cual Ibe sigue conservando como oro en paño una de las primeras unidades (que no lleva puesta en su muñeca por supuesto, sino una versión muy posterior casi idéntica). En cuanto al nombre, la G de G-Shock proviene de la g de «gravedad», por tanto el nombre que Ibe le dió a su reloj significa que era resistente a los impactos por gravedad.
Escaso éxito del primer Casio G-SHOCK
El modelo DW-5000C tuvo poco éxito. En aquellos tiempos se iba imponiendo la demanda de relojes digitales más ligeros, finos, de menor grosor, y que al tiempo exhibieran cuántas más funciones mejor: relojes híbridos, calculadoras, videojuegos, pantallas llamativas, agendas, traductores, relojes mundiales, calendarios perpetuos, cronómetros para medir cualquier cosa y más y más botones en cajas cada vez más estilizadas, y sin embargo, el primer G-Shock era especialmente grueso para lo que se solía ver en Casio. Y en aquellos tiempos, la resistencia, la dureza, era lo de menos para el público más general, y además, Casio tenía también un problema y era que todo el mundo daba por sentado que un económico Casio no debía durar mucho… y de hecho podían no durar mucho incluso en las delicadas muñecas de los encorbatados de oficina.
Por otro lado a mediados de los ochenta hasta el principio de los noventa en ocasiones hubo una especie de reacción contra los relojes digitales japoneses, también estética. Entre los profesionales, los Casio tenían fama de poco duraderos, de relojes juguetes de adolescentes, dejaron de ser apreciados por un sector del mercado que por una parte decidió retornar a los diseños clásicos, «de vestir», con esas manecillas redondeadas, números arábigos o romanos en cajas doradas, recargadas, con triple crono, fases lunares, lupa en la fecha… etc. etc. etc. (bien fueran maquinarias mecánicas o de cuarzo) y por otro, se dedicó a adorar a los Swatch de cuarzo, plástico y silicona, los únicos suizos capaces de plantar cara al poderío relojero japonés de esos años (Casio, Seiko, Citizen, Orient), jugando muy bien la baza de la moda, el diseño, la innovación y la publicidad.
El despegue de las ventas de los relojes Casio G-SHOCK
Pero en los 90 los G-Shock empezaron a ser realmente apreciados por el consumidor, especialmente por los que desarrollaban profesiones duras, y así fue como estalló el boom de ventas de estos magníficos relojes, que afortunadamente para la empresa y para los aficionados a estos relojes, persistió con enorme fuerza en los primeros años del siglo XXI, convirtiéndose en el producto más emblemático y principal fuente de ingresos de la división relojera de Casio. Durante ese exitoso periodo para estos relojes, Casio fue dotando a sus modelos G de una enorme variedad de nuevas tecnologías como la pila con 10 años de duración, la carga solar, funciones como altímetro, barómetro, la sincronización por radiocontrol, la resistencia a 200 metros de profundidad bajo el agua, así como diseños más o menos impresionantes, para llegar a los tiempos actuales en los que los G-Shock se han convertido no sólo en multiherramientas maravillosas para los hombres más activos y arriesgados, sino también en objetos de culto, en artículos de colección, o incluso en complementos deseados por diseñadores y seguidores de la última moda. Concretamente en el sector de la moda y del diseño, los G-Shock de Casio están repitiendo la jugada de Swatch mediante acuerdos de colaboración con artistas y diseñadores, pero con un producto de calidad y resistencia contrastadas, algo que los suizos de plástico no podían hacer.
Como hemos visto, estos relojes resistentes y a precio asequible son muy populares en la actualidad, pero ¿Existen alternativas reales a los Casio G-Shock? Veámoslo en el siguiente artículo.
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Yo poseo uno d marca g-shock y la verdad desde q lo prove x primera vez,puedo decir q para mi es uno d los mejores relojes q he tenido en mi muñeca,y q no tengo intenciones d comprar otra marca.
Me pasa lo mismo, tengo 3 g shock y no me veo usando otra marca es mas sin mi g shock en la muñeca no salgo de mi casa. Podría devenir el apocalipsis zombie y yo me sentiria preparado¡¡¡
Colecciono G SHOCK sonunas maquinas fabulosas estetica y maquina incomparables tendria una casa llena de tdos los modelos de G SHOCK